Autor: Severiano (Page 25 of 51)

Calle 13… Mágico…

Calle 13 – Ojos Color Sol ft. Silvio Rodríguez

Hoy el sol
Se escondió
Y no quiso salir
Te vio despertar
Y le dio miedo de morir.
Abriste los ojos
Y el sol guardo su pincel
Porque tu pintas el paisaje
Mejor que él.
Cuando amanece,
Tu lindura,
Cualquier constelación
Se pone insegura.
Tu belleza
Huele a mañana
Y me da de comer
Durante toda la semana
Tus ojos hacen magia, son magos,
Los abriste
Y ahora se reflejan las montañas
En los lagos,
La única verdad absoluta es
Que cuando naciste tu
A los arboles le nacieron frutas:
Naranja dulce,
Siembra de querubes;
Como el sol tenia miedo
Se escondió en una nube.
Hoy el sol no hace falta, esta en receso
La vitamina D me la das tú con un beso.

La luna sale a caminar
Siguiendo tus pupilas.
La noche brilla original
Después que tú la miras.
Ya nadie sabe ser feliz
A costa del despojo,
Gracias a ti
Y a tus ojos.

Eres un verso en riversa,
Un riverso.
Despertaste y
Le diste vuelta a mi universo.
Ahora se llega
A la cima
Bajando por la sierra,
La Tierra ya no gira,
Tú giras por la Tierra.
En las guerras
Se dan besos,
Ya no se pelean.
Hoy, las gallinas
Mugen
Y las vacas
Cacarean.
Las lombrices
Y los peces
Pescan los anzuelos,
Se vuela por el mar
Y se navega
Por el cielo.
Crecen flores
En la arena,
Cae lluvia
En el desierto.
Ahora los sueños
Son reales,
Porque se sueña
Despierto.
Y ése sueño
Es seguro,
Y así se reproduce
Y la inocencia
Por fin
No se esconde
De las luces.
La escasez de comida
Se vuelve deliciosa,
Porque tenemos
La barriga llena
De mariposas.
Las galaxias revela su comarca escondida
Y en la Tierra parece
Que comienza la vida.

La luna sale a caminar
Siguiendo tus pupilas.
La noche brilla original
Después que tú la miras.
Ya nadie sabe ser feliz
A costa del despojo,
Gracias a ti
Y a tus ojos.
En la academia militar
Enseñan medicina
Y los banqueros ahora dan
Viviendas y comida
Ya nadie sabe ser feliz
A costa del despojo,
Gracias a ti
Y a tus ojos.

Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa. Por Eduardo Galeano.

Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes Eduardo Galeano, escritor latinoamericano.

Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.

Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador.

Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen. Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho. Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos? El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales.

En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica. Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí. Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

La llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro? Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad. Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.

La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena. (Este artículo está dedicado a mis amigos judíos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel asesoró.)

http://www.telesurtv.net/articulos/2012/11/24/eduardo-galeano-ya-poca-palestina-queda.-paso-a-paso-israel-la-esta-borrando-del-mapa-2284.html

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